RELATO
AUTOBIOGRÀFICO
Mi elección por la docencia tiene muchas razones de gran
peso, que han marcado mi vida desde que era pequeña, siempre había tenido la
ilusión de poder llegar un día cuando yo creciera a convertirme en maestra.
Actualmente soy madre de un pequeño niño de un año de
edad, llamado Japhet Othoniel Romero Taylor, el papa de mi hijo también
pertenece al Cren Marcelo Rubio Ruiz, está en segundo año, y principalmente
fueron ellos dos los que me impulsaron en este camino que apenas comienzo en la
docencia, yo sé que no es una tarea fácil, pero sé que la vocación que tengo y
la educación que le puedo proporcionar a mi hijo siendo docente lograra en él
una mejor educación a lo largo de toda su vida. Además en mi influyo de gran
manera mi familia, y el hecho de que muchos tíos y tías pertenecen al
Magisterio. Estas son de las principales razones que me llevaron a elegir la
carrera en la que estoy. Pienso que también una de mis tías más cercanas, con
la que convivo todos los días, influyo mucho en mí porque, el hecho de que ella
lo sea a mí me llenaba de ilusión el yo poder llegar a convertirme en una
maestra al igual que ella. Además cuando era pequeña, recuerdo que en muchas
ocasiones la acompañé a eventos relacionados con la escuela donde ella
trabajaba, en esa ocasión y el hecho de ver la manera en como los niños la
decían maestra con tanto respeto y admiración a mí me parecía muy lindo, y me
ilusionaba pensar que algún día a mí me podrían hablar con el mismo respeto y
admiración al igual que a ella.
Hace unos días tuve mi primer acercamiento a una escuela,
y aunque solo fuimos a observar, y las condiciones del contexto escolar no son
las mejores, cuando los niños salieron a recreo me emocione tanto, el hecho de
verlos correr y divertirse, llamar a los compañeros practicantes de cuarto año,
maestros se escucha tan lindo, aunque yo iba un poco indispuesta, ya que mi
estado de salud en días anteriores no era muy bueno, eso no me impidió poder
percatarme de que algún día yo estaré frente a grupo y daré mi mejor esfuerzo para
que de la misma manera en como llaman maestro con tanto entusiasmo a nuestros
compañeros, de esa misma manera me llamen a mí. En esta primera práctica pude
reafirmar el amor que le tengo a la docencia, y el hecho de que algún día no
muy lejano me casare con ella para toda la vida. No solo se es maestro dentro
de la escuela y al terminar las clases, sino que se es maestro toda la vida, y
eres recordado por la sociedad por lo que fuiste, y a futuras generaciones esto
se les hace saber.
Ya expuse las razones que me llevaron a la docencia,
ahora hablare de la condiciones por las que atravieso y que de cierta manera
también pudieron haber influido en mi para tomar esta decisión. Como ya lo
mencione tuvo una gran influencia tanto mi hijo como mi familia, pero la
decisión al final fue solamente mía, ya que si, recibí la orientación tanto de
la escuela como de mi familia, y estos pudieron aclarar mi visión de lo que
realmente quería. Además pues siendo madre, la situación económica se complica
más, e irme a estudiar fuera nunca fue una opción para mí, además que ninguna
de las carreras y las universidades que nos fueron a ofrecer me llamaban la
atención en lo más mínimo, y mi mentalidad en mi último año de preparatoria era
pertenecer al Cren Marcelo Rubio Ruiz, por tanto no le tome el interés debido a
las otras universidades. Dentro de la sociedad, también se puede decir que
influye en mí, ya que el hecho de pertenecer a esta escuela y portar su
uniforme te convierte en profesor aunque apenas estés iniciando con tu formación
y ante la sociedad es destacable mencionar que eres parte de esta institución. Desde pequeña he convivido con practicantes
dentro de las escuelas que he cursado, y siempre me he formado la idea de que
un practicante tanto como un maestro es muy paciente, entregado, y responsable
con su labor, recuerdo que los practicantes con los que yo tuve contacto
siempre nos llenaban de detalles, e impartían las clases con mucho amor, y
paciencia, nos brindaban su apoyo y en la hora de recreo siempre se acercaban a
jugar con nosotros, y si claro, tampoco todo era juego, pero sus clases eran
muy entretenidas, y nos hacían reír mucho, a todos, siempre andaban cargando
con cajas de material para nosotros, y en las fechas navideñas, nos sobraban
los dulces. Tal vez nuestros maestros no eran efusivos con su trabajo, pero
siempre trataban de llevarnos lo mejor y sobre todo de preocuparse cuando algo
nos ocurría, ya que un niño no puede ocultar cuando algo le pasa, o cuando una
situación familiar lo está incomodando.
Al escuchar las razones por las cuales todos mis
compañeros eligieron la docencia, algunos me sorprendieron, otras concordaban
con las mías, y otras simplemente por no dejar de estudiar es que entraron a
esta escuela. Si analizamos con detenimiento este cuadro, podremos darnos
cuenta, que muchas veces hay otras razones de poder como lo son el hecho de ser
madre que nos orillan a tomar decisiones para brindarles un mejor futuro a
nuestros hijos. Dentro de las compañeras algunas de ellas ya son madres, algunas
de dos hijos, otra de tres niños y otras como yo de uno solo. Pero lo que más
me impacta es la fortaleza de mis compañeras, porque dejar a tu hijo o hijos
con tus papas no es fácil, si se sabe que el hecho de separarte del seno
familiar es muy difícil ahora imaginarme separarme de mi hijo, un solo día, yo
siento que no lo soportaría, si no lo veo por unas horas estoy desesperada por
salir pensando en mi hijo, entonces si
me pongo en el lugar de mis compañeras, si yo fuera ellas sentiría que no
podría.
Otros de mis compañeros, no atraviesan por esta
situación, pero no por esto no quiere decir que no batallen para sacar adelante
sus estudios, una de mis compañeras, se vino a estudiar sin el apoyo de sus
padres, otro, desde pequeño está alejado de su familia y por esta razón y por
el hecho de vivir una vida de maltratos se refugió en el camino del servicio a
Dios. Otro compañero, próximamente será papa, una compañera en unos meses será
mama, y es que el venir de fuera ya es difícil, vives limitadamente en un lugar
que no conoces, y otros no batallan tanto, porque tienen las posibilidades
económicas para estudiar, pero yo me pongo a pensar que, a veces los que tienen
todo para estudiar son los que menos empeño le ponen y los que batallan
realmente para permanecer dan todo de sí mismos, porque valoran lo que tienen y
muchas veces porque se ganan su propio sustento.
Por tanto existe una gran variedad de motivos dentro del
grupo y cada uno de nosotros vive distintas situaciones para seguir adelante,
unas más fáciles, otras más difíciles, pero al final de cuentas las pasamos,
por esa vocación que algunos tenemos o simplemente por el hecho de ser personas
perseverantes que queremos lograr lo que nos proponemos.
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