APORTES TEÓRICOS
En relación con lo analizado, respecto con lo analizado
de los distintos autores, y respecto con la presentación de la problemática
presentada, se puede decir que se acepta la idea de que el docente no debe
sustituir a la familia en sus responsabilidades, ya que esto provoca una cierta
confusión en el niño, porque cambia la imagen que se tiene del maestro, ya que
lo conceptualiza de una forma muy distinta y en vez de verlo como su maestro lo
mira como su confidente y como la persona que lo tiene que guiar en su actuar y
el cual es el responsable de solucionar todos sus problema y cualquier
problemática que el niño tenga, el maestro ahora la tiene que resolver,
entonces es ahí cuando el trabajo docente sufre una ruptura, porque el docente
tiene que atender las necesidades de los alumnos y los problemas que este pueda
tener, por esta razón el trabajo llevado a cabo dentro del aula deja de lado,
ya que no se conoce las dimensiones de los problemas que se pueden presentar,
pueden ser de los más sencillos hasta los más graves, ya que al saber que los
padres son muy cómodos, por tanto ese niño o niña no recibe una atención en
casa y todo repercute en su desempeño escolar.
También se hace énfasis, en que esta situación puede ser
buena para el desempeño del alumno, ya que crea una relación más estrecha entre
alumno-docente, creando lazos más estrechos de confianza, por tanto la
convivencia se mejora demasiado, y el entusiasmo por asistir a la escuela se
incrementa por parte del niño, mostrando un grado de interés por estudiar y
dejando de lado sus problemas, en casa para irlos a tratar de resolver en la
escuela con el apoyo de su maestro.
Además es importante, mencionar que tanto maestros como
padres de familia tienen que ir de la mano en la formación del niño, ya que
ambos son factores importantes, para que el niño tenga un desenvolvimiento
pleno y esto se consigue con la responsabilidad de ambos agentes.
Lo expuesto anteriormente, se expresa por parte de los
autores de la siguiente manera:
Si se decide que el maestro simplemente “sustituya” a la
familia en el cumplimiento de ciertas tareas de contención afectiva o de
orientación ético-moral. Ser maestro en este nuevo contexto de socialización
puede alentar el desarrollo de nuevas competencias profesionales o bien
provocar un empobrecimiento del oficio si se le reduce a una simple función de
sustitución de la familia. (Tedesco y
Tenti. Nuevos tiempos y nuevos docentes, p. 9).
Tanto estudiantes como docentes son personas cuya
interacción conlleva siempre la entrada en juego de las emociones y de las
expectativas. Negar esto significa no caer en la cuenta de la importancia de
estos factores. (Jurjo Torres, la
desmotivación del profesorado, p.42)
La buena comunicación ente familias y el profesorado
conlleva muchos beneficios para ambos interlocutores, pues compartir
información, además de facilitar una mejor integración de niñas y niños en las
instituciones de enseñanza, contribuye a mejorar sus aprendizajes. Asimismo,
tanto las madres y padres como el profesorado se sentirán más respaldados en
sus respectivas funciones. (Jurjo
Torres, la desmotivación del profesorado, p. 66)
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